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Día
Un nuevo día no es la abulia del pasado
ni tampoco una esperanza hacia el futuro;
el nuevo día
es tan sólo el presente:
el síntoma del fracaso.
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Viento
De niño le tenía miedo al viento
y a sus rugidos nocturnos.
Mi padre me decía,
—No te preocupes, el viento es como tú,
el viento es un niño pequeñito.
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Fotofobia
Los lentes obscuros son insuficientes:
el sol, dios tirano,
tiene la cabeza hinchada;
y las nubes, sumisas,
una migraña insoportable.
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Sol
A veces intento ver al sol
en los charcos obscuros:
no hay más que un anillo encendido:
cenit de un estanque negro.
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Ojos
Miro al sol reflejado en tus ojos
profundo
juego de espejos
no lo veo,
pero no importa:
ya le he ganado una partida.
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Aves
El concierto matutino de las aves me despierta.
El trinar, a pesar de insistente,
se desenvuelve armonioso,
como abrevando del nostálgico silencio
y encontrando novedad en lo cotidiano.
Anhelo emular en mi vida ese canto.
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Delirio
Lowry emprendió un viaje de Nochixtlán a Tepozcolula,
para despedirse de Fernando.
Hizo una escala en las cantinas que pudo
y brindó a la salud de su amigo.
En el camino observó cactáceas
que crecían descompuestas
allende sembradíos de milpa inconclusa.
En las noches de ese infierno mexicano
los perros ladraron a las nubes apagadas.
Ya en el panteón de Tepozcolula
la tumba de su amigo yacía tan obscura
como el lugar donde habita el delirio.
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Pensamiento
Pienso en ti desde la cima de un cerro de Iztapalapa
donde las serpientes de concreto
dibujan las calles grises
y el sol, rojo de paciencia,
se hunde a lo lejos en el antiguo lago
Pienso en ti
como quien espera una carta en la víspera de la batalla;
como quien se enfrenta a una decisión inevitable,
ansioso y confundido;
y como quien extraña hasta volver al amor
la medida de los días
Pienso en ti
y en pensar en ti se me van las horas
y todo, todo se lo traga ese pensamiento.
‘Exquisitos pepenadores’, Sergio Garval, 2008
