1. La Revolución pretende transformar estructuras de contradicciones
desde el interior del inmenso suceder de la ordenación social.
2. Pero necesita sueños imposibles, ideas sin sentido: utopías.
Acontecimientos que surgan de pronto y que activen lo político.
3. La Revolución no puede predecir el fracaso de sus necesidades,
esto significaría negar su sentido.
4. Lo político y la estructura se rebasan de forma recíproca;
posicionándose en todos nosotros-todo el tiempo.
5. Por lo tanto, ésta (la Revolución) puede encontrar impulsos en todo momento,
inclusive en el silencio y en el sentimiento más sincero.
6. Y para activar lo político nunca está de más [en cualquier espectro de la vida]
soñar imposibles e idealizar sinsentidos.
Fotografía: ‘Libertad’, Miguel Juárez Figueroa, 2010