Tomado de El argumento de la espada, SEP, IPN, 1998
Tanta inteligencia estorba.
Tanta inteligencia conduce al tormento.
Por eso los escritores se suicidan.
Y los músicos, que sienten más que piensan,
mueren dulcemente, rodeados
de sus hijos, sus nietos y sus perros.
Eso no tendría tanta importancia
si la inteligencia
no estorbara el feliz vuelo
de la emoción.
Aunque finalmente las mujeres
prefieren a los escritores.
Y eso es lo que importa.
Fotografía: ‘Copa’, Miguel Juárez Figueroa, 2012
