Olvidémoslo esta noche…

i.

No reparemos en lo impuesto
(las normas, tu regla,
el cuerpo, la probabilidad).

[pensemos que eres virgen]

O más exactamente
que sangrarás por que
dejarás de serlo.

[así de tácito]

Que sea esta misma noche,
o cualquier otra,
por que rápidas pasan las horas:
con exagerada rapidez,
a mitad de nuestra vida,
a mitad del puerco camino de nuestra vida.

ii.

Imaginemos que descubrimos algo
(un misero grano de lenguaje)
tal vez que virgen y vino
tienen la misma raíz etimológica.

Compremos entonces un par de botellas
de las más baratas,
pero que sean color rojo, color sangre.

Escuchemos después el sonido hermoso:
esa melodía particular
que construye el elixir
al fraternizar el líquido:
ese sonido hueco y maldito de hace un siglo
que hace la vid al pasar de la botella a la copa,
y luego a tus profundidades.

Sonido que diluirá tu inocencia para siempre.

iii.

Se mancharon de rojo mis sábanas,
son la prueba
de que olvidamos la raigambre
y configuramos la rebeldía

las conservaré:
serán mi reliquia:
el pañuelo donde llore la muerte de mi padre;
el vacío donde eyacule mi soledad,

la tela que desempolve mis libros…

‘Last Tango in Shangai’, Autor: Maleonn, 2009