para Mafer Bustos

1. Porque por ti observo con más fruición. Tus ojos son el parámetro de lo humano. Por grandes y diáfanos. Viendo los ojos —comparándolos con los tuyos— de los demás entiendo que tan zafios o maravillosos son como personas.

2. Porque cuando me veo al espejo todas las mañanas me doy cuenta que mi primer detractor soy yo mismo. Esos ojos rojos y resecos por la enfermedad exacerban mi condición de insecto, de la cual no me jacto pero tampoco me avergüenzo. Me ensañaste a conocerme.

3. Por los lunares que salpican tu rostro. En especial me agrada el que roza las comisuras de tus labios. Tus lunares son portales a tu esencia, por eso me entretengo contándolos.

4. Por tu voz en todas sus facetas: cuando defiendes un argumento, cuando te ríes, cuando estás afónica. Máxime cuando estos dos últimos se mezclan. Es decir, cuando te ríes estando afónica,

5. Por que contigo fumé hachís por primera vez. Fue una experiencia maravillosa. Vagué super-puesto por toda la facultad. Más de uno me volteo a ver por encima del hombro.

6. Por tu entereza. Por tu fruición con la vida. Por la forma de dirigir tu sufrimiento. Comparado contigo yo me ahogo en vasos de agua. Si me ahogara en vasos de alcohol ya estaría muerto.

7. Por como te ves con tu pants verde (¿es verde verdad?). Me encanta. Cuando lo traes puesto en ti se reconcilia sin concesiones belleza e inteligencia.

8. Porque, a diferencia de lo que seguramente piensas, jamás te he stalkeado. Todo lo que sé de ti lo he aprendido por tus ojos y tus besos.

9. Porque es muy probable que de la misma forma que tu amas a tu sobrino yo amo a Valeria.

10. Porque gracias a ti he eliminado de mi mente mi prejuicio cinematográfico.

Pídeme cualquier cosa. Inclusive lo imposible. He de intentarlo sin reparar en las posibilidades.

‘Sin título’, Autor: Pedro Covo, 2014