Acróstico

Si tan sólo concedieras

abrir un poco tu corazón a mi persona,

[los

relámpagos de la tempestad

del mundo

acariciarían la tierra sin

procurarme miedo.]

Si tan sólo compartieras

un preludio de tu alma inmensa,

acabarían por fin las noches malditas:

dominaría no ya la ilusión pretensa

del sueño agreste,

sino la

inmaculada luz de tu blancura rutilante.

‘Romeo & Juliet’, Autor: Maleonn, 2013

Un comentario sobre “Acróstico

  1. Miguel:

    No sé si ésta vez sea la «buena» para nosotros, si saldremos victoriosos después de tantos intentos que han resultado desastrosos y funestos, sorprendiéndonos lo que hemos hecho hacia el otro. Lo único que sé es que quiero estar contigo, que a veces para amar (se lee muy extraña esa palabra en un blog) en todas sus dimensiones se necesita (no todo el tiempo) pasar por un camino espinoso para asegurar lo que se siente y si se quiere estar con la otra persona. Sin embargo, eso no es lo único que puedo decir de la relación, pues lo que me mantiene son esos excelentes momentos, viajes, salidas, pláticas, encuentros y desencuentros que he disfrutado como nunca a tu lado, y en el que creo que he llegado a conocerte, aunque sea un poco. Y me gusta.

    Quiero que seas el Miguel que conozco, bonachón, el de sonrisa ingenua, inteligente, sensible, curioso, romántico y apasionado como el joven Werther; no ése Miguel tirano, derrotado, iracundo y poco complacido con su vida y con lo que es.

    Lo único que puedo ofrecerte es mantenerme como la ciervita de Perú, alegre, curiosa, sencilla, segura, asombrada y fascinada por las pequeñas y cotidianas cosas de la vida.

    ¿Qué dices, te animas ahora sí a todo o prefieres que sigamos amándonos con nuestras debilidades?

    Mariel.

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